Bodegas Ferrera nace en los años 40, con la compra por la familia Ferrera de la Finca Las Vigas, situada en un enclave único, a 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar, en medio de una gran lengua de lava volcánica, en el Valle de Güímar. Tomás Ferrera, fundador de la bodega, ejecutó a mano la obra más bonita de nuestra finca: las paredes de piedra seca. Durante años subió cada día con su mula (aquí se llaman 'bestias') para levantar piedra a piedra las paredes que sostienen los canteros donde aún, a día de hoy, sobreviven las cepas de nuestras variedades autóctonas.
Aunque nuestra tradición familiar vitivinicola se remonta a mediados del siglo pasado, en el año 2008 decidimos embotillar nuestro primer vino con denominación de origen.
Han sido unos años de mucho esfuerzo, pero con ilusión y amore hemos logrado consolidar Bodegas Ferrera.
Seguimos apostando por la calidad y éste es nuestro siguiente paso. Queremos presentarte nuestra nueva imagen que hará que te traslades al origen de nuestros vinos, a nuestras viñas, entre el volcán y el pinar, a los pies del majestuoso Pico del Valle.
Una imagen innovadora, en la que se utilizan tintas termocromaticas ayudando a que nuestros vinos se disfruten siempre a la temperatura ideal.